Lana de Yak para tejer punto: Características, Cuidados, Ventajas, Desventajas y Consideraciones Éticas

En las culturas tibetanas y nómadas del altiplano asiático, el yak no es solo un animal de carga o fuente de alimento: es un compañero sagrado, símbolo de resistencia, generosidad y conexión con la tierra.

Descubre la lana de yak: una fibra natural del Himalaya, más suave que la lana, tan cálida como la cachemira y con bajo impacto ambiental. Ideal para tejedoras sostenibles



Si te apasiona tejer con fibras naturales y buscas una alternativa cálida, suave y sostenible a la cachemira o la lana merina, la lana de yak merece un lugar en tu estante de hilos. Originaria de las alturas del Himalaya, esta fibra ancestral está ganando terreno entre tejedoras conscientes por su rendimiento, belleza y bajo impacto ambiental. Pero más allá de sus cualidades técnicas, la lana de yak lleva consigo siglos de historia, respeto y simbolismo .


En las culturas tibetanas y nómadas del altiplano asiático, el yak no es solo un animal de carga o fuente de alimento: es un compañero sagrado, símbolo de resistencia, generosidad y conexión con la tierra. Las leyendas hablan de un yak blanco que aparece a los corazones puros en las cumbres más altas, trayendo bendiciones y guía. Esta reverencia ancestral se refleja en la forma en que, aún hoy, los pastores recolectan su vellón: con cuidado, durante la muda natural, sin causar daño. Tejer con lana de yak no es solo crear una prenda —es participar en una tradición milenaria de armonía entre humanos, animales y montañas.


A continuación, te compartimos todo lo que necesitas saber antes de incorporar esta fibra extraordinaria a tus proyectos.


Características técnicas para el tejido


- Fibra fina: El vellón (down) del yak mide entre 15 y 20 micrones, comparable con la cachemira. Esto la hace muy suave al tacto, ideal para prendas que estarán en contacto con la piel (cuellos, bufandas, chalecos).

- Elasticidad moderada: Menos elástica que la lana de oveja, pero con buena memoria si se mezcla con una pequeña proporción de lana merina o seda.

- Brillo natural: Tiene un ligero lustre sedoso que le da elegancia sin necesidad de tintes.

- Colores naturales: Se presenta en tonos marrón chocolate, gris humo, crema y blanco natural, lo que permite crear proyectos con paletas tierra sin usar colorantes.

- Peso ligero: A pesar de su calidez, es sorprendentemente liviana, ideal para prendas de invierno que no pesen.


Cuidados al lavar y mantener


La lana de yak requiere manejo delicado, similar al de la cachemira:


- Lavado a mano: Usa agua fría o tibia (máx. 30 °C) y un jabón suave para lanas (sin enzimas ni blanqueadores).

- Nunca retuerzas: Presiona suavemente el exceso de agua y seca en plano sobre una toalla, lejos del sol directo o fuentes de calor.

- Evita la secadora: El calor y la fricción pueden encogerla o dañar las fibras.

- Almacenamiento: Guárdala limpia y seca, preferiblemente con lavanda o cedro para repeler polillas (el yak no tiene lanolina, por lo que es menos atractivo para insectos, pero no inmune).


Consejo práctico: Si tejes con lana 100 % yak, considera usar agujas ligeramente más grandes de lo habitual para evitar que la prenda quede demasiado rígida.


Ventajas para tejedoras


1. Calidez excepcional: Ideal para bufandas, mitones, chales y suéteres de invierno. Es hasta 10 veces más cálida que la lana convencional.

2. Transpirable: Regula la humedad, por lo que no causa sudoración excesiva —perfecta para capas intermedias.

3. Hipoalergénica: Sin lanolina, es una excelente opción para personas con sensibilidad a la lana de oveja.

4. Durabilidad: Más resistente que la cachemira, lo que significa que tus prendas durarán más si se cuidan bien.

5. Baja tendencia al pilling: Menos propensa a formar bolitas que otras fibras ultrafinas.


Desventajas o desafíos


1. Poca elasticidad: Puede estirarse con el uso si no se refuerza con otra fibra (como merino o seda). No es ideal para prendas que requieran mucho ajuste (como calcetines, a menos que esté mezclada con nylon).

2. Precio elevado: Es una fibra de producción limitada y artesanal, por lo que suele ser más costosa que la lana merina y a veces incluso que la cachemira.

3. Disponibilidad limitada: No todas las tiendas de lanas la tienen en stock; a menudo hay que comprarla online o en marcas especializadas.

4. No es superwash: No se puede lavar en lavadora sin riesgo de fieltro.


Consideraciones éticas y sostenibles


Para muchas tejedoras, la ética detrás del hilo es tan importante como su tacto. La lana de yak destaca en este aspecto:


- Recolección respetuosa: Se obtiene durante la muda natural (primavera), mediante peinado suave, sin esquilar ni lastimar al animal.

- Bienestar animal: Los yaks viven en libertad o en sistemas de pastoreo tradicionales, sin confinamiento industrial.

- Impacto ambiental bajo: Pastan en ecosistemas frágiles sin degradarlos, y su digestión produce menos metano que otras vacas.

- Apoyo a comunidades rurales: Comprar lana de yak de fuentes certificadas (como Norlha, Khunu o The Yak Wool Company) ayuda a preservar modos de vida nómadas y justos.


Recomendación ética: Busca marcas que ofrezcan trazabilidad, certificaciones de comercio justo o que trabajen directamente con cooperativas de pastores tibetanos o mongoles.


Ideas de proyectos ideales con lana de yak


- Chales y mantas de punto o ganchillo (su calidez y ligereza brillan aquí)

- Cuellos altos y bufandas sin forro

- Suéteres holgados o de punto abierto

- Guantes sin dedos o mitones

- Prendas para bebés (por su suavidad e hipoalergenicidad)


La lana de yak es una fibra de lujo con conciencia: suave como la cachemira, cálida como la lana, y con una huella ética y ecológica que la convierte en una elección alineada con los valores de muchas tejedoras modernas. Aunque requiere cuidados especiales y una inversión inicial mayor, el resultado es una prenda duradera, hermosa y profundamente conectada con las tradiciones de las alturas del Himalaya.


¿Lista para tejer con el viento del Tíbet en tus manos?.