Agujas de Tejer: Descubre cómo elegir las perfectas para tu creación



¿Sabías que tus agujas de tejer pueden hacer o deshacer tu proyecto?

Imagina esto: estás emocionada con tu nuevo patrón —un suéter de punto con encajes delicados—, tienes la lana perfecta, el café humeante a tu lado… pero a los 10 minutos, tus manos están cansadas, el hilo se resbala, pierdes puntadas y la frustración empieza a ganar. ¿La causa? Probablemente, no estás usando las agujas adecuadas .

Las agujas de tejer no son solo varitas mágicas que convierten lana en arte, son herramientas de precisión, comodidad y personalidad . Y elegir las correctas puede marcar la diferencia entre un proyecto que ama… y uno que abandonas en el cajón del “algún día”.

En este artículo, te guiaremos por el fascinante mundo de las agujas de tricot: Los tipos que existen (y cuándo usar cada uno) , Los materiales: ¿metal, madera, bambú, carbono? , Las últimas innovaciones que están revolucionando el tejido, Y, lo más importante: cómo encontrar las que se sienten como una extensión de tus manos .
Porque tejer no debería doler. Debería sanar, inspirar… y fluir. ¡Vamos a encontrar tus agujas ideales juntas!

1. Agujas de doble punta (DPN)

Nadie sabe con certeza cuándo se encontraron dos agujas por primera vez para abrazar un hilo y darle forma humana. Pero en los arenales del antiguo Egipto, entre los siglos III y V después de Cristo, ya existían fragmentos de calcetines tejidos con una destreza asombrosa: talones en forma de “L”, costuras invisibles y un saber transmitido en silencio, de mano en mano, a lo largo de generaciones. Hechos con agujas de hueso o madera, esos primeros tejidos nacían en círculo, como el tiempo mismo, sin principio ni fin visible. Estas piezas se elaboraban con agujas de hueso o madera, y se tejían en redondo —una técnica que hoy se realiza con agujas circulares o de doble punta—, lo que permitía crear prendas tubulares sin costuras.


- Uso: Esenciales para tejer en pequeño diámetro en redondo: calcetines, mangas, puños. - Cantidad típica: Se usan en juegos de 4 o 5 agujas. - Desafío: Requieren cierta coordinación, pero son insustituibles para ciertos proyectos





2. Agujas rectas

Durante la Edad Media y el Renacimiento, el tejido se expandió por Europa, impulsado inicialmente por el mundo islámico y luego adoptado en regiones como España, Italia y el norte de Europa. Las agujas seguían fabricándose con materiales naturales como madera, hueso o marfil, aunque también se comenzaron a usar metales como el latón o el hierro.

Ya en el siglo XIV, el tejido era una actividad doméstica común, y para el siglo XVII se había convertido en una industria textil relevante, especialmente en la producción de medias y prendas marineras, muy demandadas por su resistencia y ajuste.


- Uso: Ideales para principiantes y proyectos planos como bufandas, chales o prendas tejidas en piezas.
- Longitud: Varía entre 25 y 40 cm.
- Materiales comunes: Metal, madera, bambú, plástico, resina.



3. Agujas circulares y agujas intercambiables

Entre las décadas de 1950 y 1970, surgieron los juegos de agujas intercambiables, que ofrecían una versatilidad sin precedentes a las tejedoras entusiastas. Hoy en día, estos juegos gozan de gran popularidad entre aficionados y profesionales por igual.

Ya en el siglo XX, la innovación y la diversificación trajeron nuevos materiales: aluminio, plástico, acero inoxidable, y más tarde bambú, fibra de carbono y resinas compuestas. Además, a principios de este siglo se popularizaron las agujas circulares, revolucionando el tejido en redondo y facilitando la realización de proyectos de gran envergadura, como mantas o prendas enteras sin costuras.


- Uso: Ideales para tejer en redondo (gorros, jerséis, calcetines) o para proyectos grandes que requieren manejar muchas puntadas (como mantas o chales triangulares).  
- Componentes: Constan de dos puntas unidas por un cable flexible.  

- Ventaja clave: Distribuyen el peso del tejido a lo largo del cable, lo que reduce la fatiga en las muñecas.


Tipos:

- Agujas circulares fijas: Las dos puntas vienen permanentemente unidas a un cable de longitud y tamaño predeterminados.  

- Agujas intercambiables: Permiten cambiar tanto las puntas como los cables según la necesidad del proyecto. Se venden en juegos completos o por piezas sueltas.  

   - Comprar un juego suele ser más económico que adquirir las piezas por separado.  

   - Las puntas suelen medir entre 8 cm y 11 cm, aunque también existen versiones más cortas, ideales para tejer zonas pequeñas como puños, calcetines, cuellos o gorros.  

   - Cada juego incluye, generalmente, 6 o más pares de puntas en distintos tamaños, junto con varios cables de diferentes longitudes.


Y por último:


Si lo que buscas es un consejo para empezar a tejer, aquí va uno sincero: elige agujas grandes y económicas al principio. Con agujas más gruesas, los puntos se forman más rápido, el progreso es visible y el ánimo no se pierde. Yo, de joven, abandoné el tejido porque me parecía tedioso: sentía que, por más que tejía, la labor no avanzaba. Hoy, con paciencia y las herramientas adecuadas, me encanta cada punto que hago. También es fundamental que descubras con qué tipo de agujas te sientes más cómoda. Existen marcas muy caras —tanto de agujas rectas como circulares—, pero antes de invertir en ellas, experimenta. Prueba agujas de metal, madera y bambú: cada material tiene una textura, peso y agarre distintos, y tu elección dependerá tanto de tus manos como del hilo que uses. Si tienes sensibilidad, dolor o rigidez en las manos —como artritis o tendinitis—, inclínate por el bambú o la madera: son más cálidos, menos resbaladizos y, sobre todo, mucho más suaves al tacto que el metal, lo que reduce la fatiga durante sesiones largas. Si te inclinas por las agujas circulares, presta atención al cable. Tócalo, dóblalo, muévelo entre tus dedos. Algunos cables son muy rígidos y tienden a enrollarse sobre sí mismos mientras tejes —eso se debe a la “memoria” del material—, y puede volverse frustrante. Busca uno flexible, suave, que se amolde a tu ritmo, no al suyo. Al final, tejer no solo es crear con hilos, sino también encontrar tu propia manera de hacerlo. Y eso empieza con una aguja que se sienta como una extensión de tu mano —cálida, cómoda y comprensiva.

¿Y tú? ¿Ya encontraste tus agujas ideales? ¡Cuéntanos de cuáles usas?